domingo, 22 de noviembre de 2009

Desayuno con diamantes


Tras la debida sesión fotográfica en la puerta (parece como las bodas, hay que coger turno!!), pasamos al interior. Desde luego que no llevamos idea de adquirir ningún pedrusco...pero eso no quita para admirar la cantidad de diamantes que inundan las vitrinas. En bisel, engarzados, como pendientes, pulseras, colgantes....todo tipo de joya tiene cabida en Tiffany, pero siempre con un diseño y gusto impecable. En este caso, la fama obtenida desde hace décadas, está completamente merecida.

No, no soy un experto en joyas, pero la sensibilidad del diseñador/director de arte, se hace notar :-) . Vuelvo a no poder evitar ver este lugar con mirada analítica...y es que Tiffany no es sólo una joyería, sino una marca. Nada más entrar un elegante empleado te recibe con toda la amabilidad del mundo (saben que eres turista y no te vas a gastar ni un dolar!!). Con una sonrisa y saludándote con un tono afectuoso, te dan un directorio de la tienda. La tipografía del logo (una romana, of course) está impresa en plata sobre el color corporativo de la marca. No sé que tiene ese azul turquesa/agua marina, pero tarjetones, envoltorios y etiquetas, rezuman una delicada exquisitez.

El suave aroma embriagador en todo el edificio, la elegancia de la decoración, los ascensores art decó, la sofisticación de las joyas brillando en el interior de las sobrias vitrinas, el estampado de la moqueta...son detalles inequívocos de una marca caracterizada por el lujo y el glamour. Lo que me gusta a mi esto del branding!!
Para acabar, os contaré una curiosidad: hay una planta entera totalmente dedicada a anillos de compromiso y boda. Ahi es ná!

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