West Side Story

Todos tenemos en la cabeza la típica la lista de cosas que hacer una vez en la vida, y aunque las aparentemente imperativas son aquellas de escribir un libro, plantar un árbol, y tener un hijo, digo yo que hay que ampliar objetivos. De las inumerables tareas que componen la mía, hoy ya puedo tachar una de ellas. Anoche acudí al teatro a ver un musical en Broadway. Vale, ya sé que suena muy marica, pero lo sopesaré con ir a un partido de basket en el Madison Square Garden (que también está en mi lista).

Con motivo de la crisis, los musicales ofrecen descuentos importantes en sus funciones diarias. Este aliciente sumado a la amplia cantidad de obras que ofrece la cartelera de Broadway, hace que cuando adquieres tu entrada vayas con una mentalidad abierta. ¿Por qué? Sencillo, puede que el día que hayas hecho cola en la fila, no sea posible el descuento en la obra elegida, pero si en otra. De todas formas, las pantallas de Times Square te van informando puntualmente de todas las posibilidades, asi que es fácil organizarse. Con un 40% de descuento, conseguimos entradas para nuestra elección principal: "West Side Story". Yeeeahhhh!!! Objetivo cumplido!!

No era mi primer musical, asi que el impacto no fue desmesurado, pero confieso que quede totalmente fascinado por lo que vi, sentí y viví.

Un diez tanto a elenco, cuerpo de baile (que cuerpos, por favorrrrrrr!!!), escenografía, sonido, iluminación, números musicales....no words!!! Si a esto le añadimos el guión y canciones de tan mítica banda sonora, imaginaos el resultado. Dos horas tarareando todas las canciones a la par que miraba embelesado a los bailarines...nunca vi tanto Adonis junto! Que movimientos, que flexibilidad!! Ni que decir que me encanta la película, no?? Quedaré total y eternamente agradecido al maestro Leonard Berstein por la partitura y letras de esta obra maestra