miércoles, 28 de octubre de 2009

Bailando salsa

De una de las múltiples salidas nocturnas que vamos haciendo por toda la ciudad, el pasado martes recalamos en un garito de salsa. Tras haber pasado prácticamente casi una semana, todavía no tengo nada claro que me impulsó a dejarme caer en un local de ese tipo.
Personalmente no tengo nada en contra de la música salsa, pero tampoco me aporta nada.
No sé la diferencia entre cumbia, salsa, bachata, merengue, ballenato y confieso que me interesa cero.......pero bueno estoy en NY y hay que ver todo lo que ofrece.

Encuentro varios motivos por los que acudí: primero, voy acompañado de tres personas con las que me divierto en esta ciudad. Segundo, dos conceptos tan distintos como Manhattan centro mundidal cosmopolita+salsa panchitera, me da una suma entre imposible y aberración, pero muero por la curiosidad. Tercero y más importante: MOJITOS......y qué mojitos más bien hechos señores!!

Con el primero de la noche en la mano, comienzo a despejar mi curiosidad. El mayor aliciente del local resulta ser que la música es con orquesta en vivo (sin camisas con chorreras y volantes de colores...ooooh!!), lo que es un plus. Además tengo la certeza de que somos los únicos cuatro europeos del local...(sic).

El mojito hace su efecto. Sugestionado por el directo de la orquesta y viendo los bailoteos del público, me lancé a la pista con mis compañeros intentando bailar lo mejor posible sin hacer mucho el ridi. A partir del segundo mojito (mis compañeros me superaron eh!!) ya daba igual. Lo di todo. Disfruté, reí, bailé. Fui feliz. Eso si, si algún hombre quiere conquistarme que no se le ocurra jamás llevarme a un sitio de estos, que salgo escopeteado. Ya ha bastado con una excepción, que quede claro!!


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